La transición energética que ocurre cada otoño con la reducción de temperaturas, luz solar y las lluvias, puede alterar nuestro estado natural de equilibrio y provocar algunos de los siguientes desequilibrios que explica la medicina ayurvédica. Veamos cuáles son los más comunes y cómo podemos prevenirlos.
Resfriados, gripe y tos
Sin duda, el resfrío común, la gripe y tos seca son de los trastornos más frecuentes durante los primeros meses de otoño. El clima más frío y húmedo debilita las mucosas y membranas, haciéndonos más susceptibles a infecciones virales. Algunos síntomas comunes son:
- Congestión y moqueo nasal
- Estornudos frecuentes
- Dolor de garganta
- Tos seca
- Dolores corporales y articulares
- Fatiga y malestar general
Para fortalecer nuestras defensas internas y evitar contraer estos virus estacionales, el Ayurveda recomienda:
- Consumir alimentos calientes y bien sazonados con especias como jengibre, orégano, pimienta negra y comino. Las especias ayudan a estimular los jugos digestivos y calentar el cuerpo.
- Preparar bebidas calientes con efecto antiviral y antioxidante como infusiones de té verde, guayusa, tulsi oreesh. El vapor también ayuda a despejar las vías respiratorias.
- Equilibrar el dosha Vata con el uso de aceites nasales para limpiar senos, el yoga restaurativo, vendar el cuello y abrigarse bien, especialmente pies, cuello y oídos.
- Tomar remedios inmuno-estimulantes como té de tulsi con miel, el popular adrak chai o suplementos naturales como vitamina C, zinc y equinácea.
- Realizar automasajes calientes con aceites en pies y cabeza antes de dormir para mejorar la circulación e inmunidad.
Retención de líquidos y sensación de pesadez
Otro desequilibrio común del otoño es la retención de líquidos y sensación de pesadez en el cuerpo. El enlentecimiento del metabolismo por las temperaturas más bajas y la menor actividad física, provoca acumulación de toxinas y exceso de kapha que se manifiesta en:
- Pesadez muscular y articular
- Hinchazón, sobre todo en piernas, pies y abdomen
- Aumento de peso
- Sensibilidad al frío y flujos escasos
Para contrarrestar estos síntomas, el Ayurveda aconseja:
- Evitar alimentos que producen mucosidad como los lácteos, la sal, el azúcar, las harinas refinadas, frituras y procesados.
- Activar la circulación, el metabolismo y la limpieza linfática con ejercicios vigorizantes como saludos al sol, caminatas rápidas y automasajes en seco.
- Equilibrar el dosha Kapha incrementando alimentos y especias calentadoras, reduciendo horas de sueño y evitando prolongados periodos de inactividad.
- Tomar infusiones diuréticas y depurativas como té de cola de caballo, diente de león o vara de oro. Reducir ingesta de sodio.
Letargo, cansancio y bajo estado de ánimo
La disminución de luz solar y los días más cortos durante el otoño, suelen alterar nuestros ritmos circadianos y causar letargo, cansancio crónico, insomnio, pereza y en algunos casos síntomas depresivos. Para minimizar estos efectos, el Ayurveda sugiere:
- Levantarse y acostarse temprano para aprovechar mejor la luz del día. Evitar permanecer en cama después de despertar.
- Bañarse con agua caliente y hacer ejercicios activadores como saludos al sol al despertar para estimular el cuerpo.
- Caminar al aire libre en las mañanas y exponerse a la luz solar sin lentes por al menos media hora diaria.
- Limitar alimentos densos, pesados y de lenta digestión como carnes, quesos, granos y papas. Consumir más frutas y verduras livianas.
- Tomar plantas adaptógenas que ayudan a combatir el cansancio como ginseng, maca, rhodiola rosea, sauco y ginkgo biloba.
Implementando estos sencillos consejos de la sabiduría ayurvédica, podremos equilibrar nuestro cuerpo y mente ante los desafíos climáticos y energéticos del otoño.